miércoles, 10 de julio de 2013

EL CASTILLO


Fuertes ráfagas de viento golpeaban la fachada del castillo. El aire gélido reptaba por los muros provocando
estridentes y tenebrosos sonidos. Los copos de nieve chocaban contra una ventana de la cual surgía una intermitente luminosidad. En el interior de la estancia, los reyes y parte de la nobleza discutían sobre el nombre del futuro heredero. Fue la misma reina quien depositó sobre la mesa 12 velas y se dirigió hacia los presentes:
     --Encenderemos estos cirios y dotaremos a cada uno con el nombre de un apóstol. El último en apagarse será el nombre del heredero.
     Ante la genialidad de la reina todos asintieron. Ordenó prender las velas y tras unos largos e intensos minutos, la vela que más aguantó fue la del apóstol Jaime. Así es cómo según la leyenda pasaría a llamarse el futuro conquistador y rey de los valencianos: Jaime I.

3 comentarios:

  1. buenos dias.
    no se mucho de historia señor, pero me preocupa que los tejedores de destinos, sentencien las decisiones de semejante forma, por otra parte curiosa y agradable, incluso magica.
    atentamente johnson ulises

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  2. Disiento con Johnson. Pienso que fue una manera sabia de escoger un nombre.No creo que "tejedores de destinos" tomen todas sus decisiones de esta manera...

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